Menudo bajón empezar con este titular y esta foto, ¿no? A ver si lo arreglamos con el final… 🙂
Bien, hoy toca de nuevo sesión de actitud. En la penúltima entrada hablé de la importancia de marcar la diferencia con actitud en nuestra vida personal y profesional y hoy intentaré reunir las principales causas que matan nuestra actitud, es decir, todo aquello que delimita o paraliza lo que sabemos hacer.
Por lo tanto, nuestra misión será la de detectar las causas de muerte de la actitud que impiden desarrollarnos adecuadamente para, posteriormente, realizar un plan de acción. ¿Y cuáles son las causas de muerte de la actitud?
1. Preocupaciones
Barreras para nuestro desarrollo personal y profesional, muchas de ellas impuestas por nosotros mismos. De hecho, expertos en desarrollo humano aseguran que:
- El 40% de nuestras preocupaciones no ocurrirán nunca.
- El 30% son del pasado, es decir, ya es tarde para cambiarlas.
- El 10% son problemas de salud.
- El 12% son temas irrelevantes, es decir, no afectan a nuestras vidas, son problemas de otros.
- El 4% de nuestras preocupaciones están fuera de nuestro alcance, no dependen de nosotros mismos y si tienen que ocurrir, ocurrirán.
- El 4% restante son aspectos que sí podemos controlar e incumben en nuestro día a día.
Así pues, aquí el problema está en determinar si realmente son preocupaciones a nuestro alcance para realmente preocuparnos y actuar de una forma u otra. Y es que como diría el grupo de música Amparanoia…
“La vida te da preocupación, deja la preocupa, ¡pasa a la acción!”
2. Miedo
Hay que sobreponerse a los miedos, algo que nos dicen desde bien pequeñajos. Para ello hay que concretar lo que realmente nos da miedo, ¿y cómo? El cerebro humano consta de tres cerebros independientes, y cada uno de ellos posee su propia inteligencia: límbico, neocórtex y reptiliano. En este último, cuyo nombre viene del reptil ya que estos bichos huyen ante el miedo, se encuentran nuestros miedos.
Una de las técnicas para superar nuestros miedos es la de categorizarlos. Es decir, tomar esos miedos tan heterogéneos y empezar a concretarlos. Una buena técnica es escribir todos los miedos en una hoja, con una acción específica para trabajarlos (plan de acción).
“El mejor antídoto contra el miedo es la acción”
Otro tema es que muchas veces nos pasamos de prudentes o miedicas, es decir, creemos que algunas situaciones son más terroríficas de lo que realmente son. ¿Cuántas veces has superado algo que te daba mucho miedo y después has pensado que tampoco era para tanto? No dejan de ser barreras que alimentamos nosotros mismos.
3. Indecisión
¿Estás dispuesto/a a estancarte por culpa de tu indecisión? Soy partidario de tirar adelante con una mala decisión en lugar de acomodarse en la zona de confort de la indecisión. En esa zona hay cero acción y, por lo tanto, de ninguna manera marcaremos la diferencia. Y es que, tal y como dijo una escritora americana, Marie Beynon Ray…
“Si te revuelcas en la indecisión, seguramente no vas a actuar y la acción es la base del éxito»
4. Conformismo
Estoy cansado de escuchar a gente con falta de actitud y principalmente por el conformismo. Si quieres un cambio en tu vida pues lo primero es plantarle cara al asunto. La rutina puede desgastar mucho y, por suerte, vivimos en una sociedad en la que tenemos muchas herramientas a nuestro alcance para darle un giro a nuestra rutina. Y sí, evidentemente que tocará tomar riesgos.
“La monotonía no genera riesgo, pero el riesgo no genera avance”
¿Y qué pensarán los demás?
Ahora viene el porqué de la imagen de este post. Y es que, una vez más, los niños son el ejemplo a seguir. A veces es necesario olvidarnos del qué dirán y sentirnos un poco como ellos. Ellos tienen espontaneidad, no les importa lo que digan los demás. Nuestro problema es que conforme nos vamos haciendo mayores empezamos a crearnos una serie de complejos que enfundan nuestra espontaneidad y, a la vez, nuestras decisiones. Es más, cuando vemos que alguien toma una decisión o hace alguna acción de forma no habitual o espontánea, tendemos a escandalizarnos… e incluso lo criticamos (y yo el primero), ¿o no es así?
En fin, nos pasamos la vida hablando de querer hacer esto o lo otro, y después queda en nada, por indecisión, miedo, conformismo o exceso de preocupación. Nos queda mucho trabajo por hacer y, lo peor de todo, un día sólo tiene 24 horas, por lo tanto invertimos demasiado tiempo lidiando con el miedo y las preocupaciones. Así que, empieza por eliminar todos estos muros creados por ti mismo/a y recibe con los brazos abiertos a la actitud, ¡claro que podemos!
No es así. Hay personas que sugieren o hacen criticas positivas…no se cuantas, si mu has pocas, ni si de manera incondicional. Y ya poquitas, y escasas las que ni se molestan en criticar para engordar su ego, porque lo quieren como es a veces flaco a veces gordo pero suyo.
Buenos lastres estos q cuentas aquí…hay que soltarlos ya!!
¡Buenos días Marisol!
Evidentemente, hay de todo en la viña del señor 🙂
Lo que sí que es verdad que, por desgracia o por suerte, formamos parte de una sociedad que le encanta criticar.. en fin.. ¡muchas gracias por pasarte por aquí! 😀
Un saludo.
Hola David:
¡Estás hecho todo un psicólogo!
Desde luego son buenos consejos estos que das y tienes razón en lo que dices, el único problemilla es que habitualmente pasar de la teoría a la práctica nos cuesta bastante aunque no por eso hay que dejar de intentarlo ;9
Itziar!
Perdona el retraso, recién he regresado de mis vacas, ya estoy aquí al pie del cañón dando guerra 😀
Gracias por pasarte, siempre eres bienvenida ya sabes 🙂
Sí que cuesta pasar a la accción, sí.. de hecho, de los 4 puntos que cito en el post, seguramente con el que me siento más «identificado» es con el tercero, el de la indecisión, tomar un camino u otro, cuesta y mucho… pero hay que probar, tirar de ensayo y error, test A/B… algo con lo que convivimos los bloggers en nuestro día a día en nuestro blog, qué te voy a contar! 🙂
¡un abrazo Itziar!
Magistral, David.
Me encantó este post.
No hay nada más limitante que sucumbir a los miedos aprendidos; miedo al fracaso, miedo al ridículo, miedo a equivocarnos o miedo al que dirán.
Completamente de acuerdo sobre la conducta de los niños. Nos pasamos la vida intentando enseñarles lo que tienen que hacer y cómo y no nos damos cuenta de todo lo que nos pueden enseñar ellos a nosotros.
¡Hola de nuevo Miriam!
Me encanta tenerte por aquí una vez más 🙂
Gracias por pasarte y regalarnos tu opinión. Mis primeros empleos, mientras estudiaba en la universidad, estuve trabajando en el sector de la educación con niños y es algo que llena mucho. Son muchas las lecciones que te pueden dar, y alegrías también. Lo fácil que lo hacen ellos todo, y lo mucho que nos complicamos nosotros a veces…
En fin, ¡un abrazo Miriam!