Se trata de algo difícil de conseguir, pero vamos a intentarlo. Llevo poco tiempo en el mundo laboral pero si hay algo que he detectado es que llevamos una rutina demasiado aburrida, desgastada, desganada y, lo peor de todo, con muy pocos síntomas de poder revertir la situación.
Cada mañana cuando vamos a trabajar en el metro o en una calle muy transitada lo que normalmente solemos ver son caras enfadadas, muy poco optimistas. Aquí está el principal problema y, además, es contagioso así que procura sonreír.
Aléjate de las personas tóxicas
Lo primero que hay que hacer en esta operación de optimismo es deshacerse de las personas nocivas, o por lo menos acercarse a ellas lo mínimo. Sinceramente, ¿qué te aportan? Hay personas que se dedican a vivir por y para explicar sus problemas, aportar dolores de cabeza, robarte tiempo, etc. No sé vosotros, pero yo no estoy dispuesto a ello 🙂
Cuando estás al lado de una persona nociva, te quita la vida.
Sí, puede sonar muy nazi la entrada de hoy, pero la vida ya te trae demasiados problemas como para tener que aguantar los del resto. Cuidado, tampoco hace falta expulsar a todo aquel que quiera contarte sus penas, pero sí distinguir entre aquellos interesados/aporta-marrones (ojo, palabrote) y los que realmente forman parte de tus círculos.
A mí no me apetece ir a cenar con una persona que sólo me transmite malos rollos, no suelo ni enviarle un whatsapp. He aprendido a rodearme de gente que ya está en el destino de mi camino, es decir, personas con las que comparto afinidades, actitudes, pasiones, objetivos y estilos de vida. Yo prefiero este camino ya que, en mi opinión, ser positivo es una necesidad y no una opción.
No me cuentes 10 cosas que vayas a hacer, cuéntame 1 que ya hayas hecho
Para percibir el optimismo tocará sufrir. La solución pasa por salir de la famosa zona de confort, identificar miedos y actuar adecuadamente. Empezaremos por las tareas que menos apetecen (más difíciles), una opción es elaborando listas. Pero cuidado de nuevo, ¿cuántas listas de tareas hacemos en nuestro día a día y después no las cumplimos? Me explico, en el trabajo podemos hacer listas que realmente tienen prioridad o urgencia, pero las tareas más difíciles -o que más pereza dan- las ponemos en la cola de la lista. Después, esa tarea se acaba prorrogando e incluso aplazando para otro día ya que nos liamos haciendo otras cosas con tal de no afrontar la tarea que nos da pereza. Evitamos aquello que no nos gusta.
Si queremos adoptar una actitud optimista tocará afrontar todo esto y tomar las respectivas medidas. La vida no siempre es de color rosa. No sirve de nada decir “voy a hacer deporte”, prefiero algo tipo “voy a hacer deporte, me he apuntado al gimnasio, y los martes y jueves iré a correr”. Lo último transmite más confianza, ¿no crees?
Visualizar esa tarea compleja en objetivos reales es mucho más convincente. Es importante recordar de vez en cuando que el éxito no se consigue sólo trabajando duro, sino trabajando bien. Y, sobre todo, para el buen optimismo no te acuestes nunca enfadado/a.
Efectivamente David, ser positivo no debiera ser una opción sino más bien una necesidad.
Creo que es una gran reflexión y que aporta sentido a lo que hacemos y al porque lo hacemos. Felicidades por el post.
Un abrazo crack!
Jj! Qué alegría tenerte por aquí. Gracias por tu comment.. sin lugar a dudas, eres una fuente de optimismo que siempre es bienvenida 😛
Saludos!!
Hola David:
Recién llegadita a tu blog y el primer post tuyo que leo.
Completamente de acuerdo con la actitud positiva en la vida.
Personalmente, cuando tengo que emprender una tarea que no me gusta demasiado, trato de endulzarla combinándola con algo que me guste, para que resulte menos desagradable.
¿Qué toca cocinar para 15?
Pues me pongo una copita de vino, mi música favorita ¡ y a cantar y bailar mientras cocino!
Pero, sin ánimo a que suene a crítica, quiero apuntar una reflexión sobre lo de las «personas tóxicas». Es un tema que últimamente parece haberse puesto de moda, y la recomendación siempre es la misma…¡Aléjateeeeee!
Imagínate la escena; Estás ante un auditorio de unas 100 personas y preguntas ¿Quién de vosotros se considera una persona pesimista?
Siendo muy arriesgada, me atrevería a decir que como muchísimo levantarían la mano una o dos personas.
¿Quiere esto decir que el porcentaje de personas «tristes» es tan bajo?
No; sólo quiere decir que los que lo son, no son conscientes de ello.
Desde mi perspectiva, quizá deberíamos, en lugar de alejarnos de ellos, tratar de hacérselo ver, con el mayor tacto posible y tratar de ayudarles a enfocar de otra manera.
Si tu vida no es rosa ¡¡Píntala!!!
¿No te parece?
Ahí lo dejo, para la reflexión.
Un placer haber recalado en este puerto y seguiré leyéndote con interés.
¡Hola Miriam!
Encantado de tenerte por aquí 😀
Gracias por comentar y dejar esta pedazo de reflexión. Me encanta cuando alguien aparece de la nada y deja un comentario en uno de mis posts más reflexivos 🙂
Estoy de acuerdo contigo, supongo que hay una diferencia entre una persona tóxica y una triste. Cuando hablo de tóxicas me refiero a aquellas que sólo transmiten energía negativa, son egoistas, interesadas, etc. Está claro que tampoco hay que echarlos a todos a la hoguera, digamos que muchos de ellos serán reciclables. Que mal suena esto, hablando de personas… Pero yo haría una distinción entre aquellas personas tóxicas y las que realmente están tristes por algo que les sucede o inquieta 🙁
Así que, estando totalmente de acuerdo contigo… Soy partidario de pinterles la vida de color rosa a las personas tristes, of course!
Un placer leer tu comentario y conocerte un pelín, un saludote!